Xingping, Li River and Yangshuo

By April 16, 2014China, Travel

En el segundo día de visita por la zona de Guilin, quedamos con nuestra guía Li a las 9am. Es increíble el poco inglés que habla aquí la gente. Había un señor indio en el desayuno explicándole al chino que te hacía las tortillas que era vegetariano y que por favor le limpiasen bien la sartén. No se enteraba de nada así que llamó a otro que tampoco se enteraba de nada. No oil? No no. Oh! No Oil. No! Oil yes! Oil yes? yes, but no no, wait, clean it first. Ooohhhhh no oil?? Nooo. Oh! No oil!

Antes de salir nos estuvimos haciendo fotos de grupo en el hall del hotel con una chica disfrazada con ropa tradicional que estaba allí solo para darle la bienvenida a la gente y para que los turistas como nosotros nos hiciéramos fotos con ella. Genial porque además hoy nos habíamos puesto todos la camiseta oficial del viaje, hasta el papu se la puso por encima de la camisa! Salimos como a las 9.15 o así y llegamos al embarcadero a las 10.45 donde tuvimos la oportunidad de usar otra vez un baño super apestoso. Para hacer el crucero por el río Li había varias opciones, podías ir en un barco grande con mucha más gente o con unos barquitos pequeños supuestamente de bambú (hoy en día se hacen siguiendo el mismo diseño tradicional pero usando tuberías de plástico en vez de bambú que duran más). A nosotros nos tenían preparados barquitos de “bambú” y nos separamos, en uno iban los papus, Li y Pablo y en el otro Marta, David, Agata y yo. El paseíto en barco es muy chulo, los paisajes son brutales y muy particulares. El chino que navegaba nuestro barco de vez en cuando nos decía cosas de los diferentes paisajes y obviamente no entendíamos absolutamente nada. Durante el trayecto a eso de las 12.15 hicimos una paradita para hacernos unas fotos desde la orilla del río. Después continuamos y nuestro chino se ofreció a hacernos fotos y quedaron bastante chulas.

A las 12.40 llegamos a nuestro destino, Xinping, un pueblo con más de 2000 años (bueno, the old city). Del embarcadero al casco antiguo nos llevaron en un cochecito eléctrico como los de golf pero más grande. Llegamos a una calle peatonal donde nos dieron tiempo libre. Agata y yo nos fuimos por nuestra cuenta y otra vez parecía que estábamos viajando de mochileros Agata y yo por aquella zona. Fuimos hasta el final de la calle peatonal y llegamos a una calle principal que se veía que era la parte mas normal. No encontramos nada apetecible para comer y seguimos caminando. Vimos a unos señores jugando a un juego y entablamos un poquito de conversación con mis conocimientos extensos de chino que ya tenía. Volvimos dando un rodeo que hubo un momento que creía que nos habíamos perdido y que íbamos a tener que volver por nuestros pasos, pero al final llegamos exactamente al bar donde habíamos quedado. Quedaban todavía unos 20 minutos así que nos sentamos y pedimos una cerveza para compartir (en casi toda China encuentras botellas de cerveza grandes) y algo de comida. Preguntamos y nos dijeron que la comida iba a tardar muchísimo así que al final pedimos arroz para tomárnoslo a modo de tapita. Al cabo de un rato Li vinos a recogernos porque resulta que todos estaban en una cafetería al lado de un teatro tomándose algo. Fuimos y estuvimos un ratito todos juntos tomándonos un poco de té y un café que se pidió el papu de caca de gatos. Este es un café que yo ya conocía y es el café más caro del mundo, el motivo es porque es un cafe cuyo granos de café han sido ingeridos, digeridos y cagados por un tipo de gato salvaje. Estos granos se recogen, se lavan y se tuestan como cualquier otro café. Costó 100 yuanes y estaba bueno pero nada del otro mundo.

A las 15.00 nos fuimos a la furgoneta que nos estaba esperando cerca y continuamos con nuestra excursión. Hicimos una pequeña parada en the moon hole típico lugar de fotos y nos fuimos al pueblo Yangshuo. Justo antes de llegar, se cruza un puente y el conductor se paró en un lado y lo cruzamos andando para hacer la típica foto de la postal. Había much gente haciendo fotos y para variar, haciendonos fotos a nosotros. Llegamos al pueblo a las 16.30 y allí Li nos había prometido dejarnos tiempo libre para hacer un poquito más de compras. Nos reunimos al principio de la calle peatonal donde hay muchas tiendas y allí propusimos la hora de vuelta. Justo ahí al empezar vimos el jueguecito de ping pong con el que todo el mundo se volvió loco y decidimos que lo intentaríamos comprar más tarde. Agata y yo volvimos a irnos por nuestra cuenta y nos fuimos de shopping. Compramos unos papeles para practicar caligrafía china con agua muy chulos y un par de pinceles. Mis padres se compraron una máscara bastante chula y Pablo Marta y David también compraron algunas cosillas.

A las 18.00 aproximadamente estábamos ya reunidos y nos fuimos a un restaurante del que Li nos había hablado que estaba un poco a las afueras, a modo venta. Cenamos corre que te corre de 18.15 a 19.15. La comida estaba riquísima y el lugar era súper chulo. Elegimos un pescado que nos lo pesaron y nos lo prepararon. Pedimos tofu, berejenas, sopita, de todo. Comimos opíparamente 9 personas (nosotros 7 más Li y el conductor) por 670 yuanes. Después de comer, corre que te corre nos montamos en el coche y nos fuimos a ver un espectáculo de luces y colores. Llegamos a las 19.20 y empezaba a las 19.45 así  que súper bien planeado y encajado gracias a la efectividad de nuestra guía Li, parecía mentira que nos estuviera dando tiempo de hacer tantísimas cosas. Teníamos asientos de mimbre (más cómodos) en la fila 32 desde donde se veía bien todo. El espectáculo me decepcionó bastante, la verdad. Para el sitio donde estábamos y para la cantidad de gente y esfuerzo que se había puesto (y para lo popular que era) fue un poco cagada. Pero bueno, hubo a gente que le gustó.

Después del espectáculo 2 horitas de coche y llegamos al hotel reventados a las 23.00. Hicimos un pre-check out y le dejamos las maletas al maletero a las 12 de la noche para que se las llevaran por la mañana temprano al aeropuerto y el enchufe de Li nos hiciera la facturación antes de que nosotros llegáramos.